La producción de los ciclomotores de 50 cc que se conducen con la licencia de automóvil ordinaria terminará este, lo que ha generado preocupación entre usuarios y trabajadores que dependen de estos vehículos.
De este tipo actualmente hay dos categorías: (1) “原付一種” (hasta 50 cc, velocidad máxima legal 30 km/h) y (2) “原付二種” (más de 50 cc hasta 125 cc, velocidad máxima 60 km/h). La producción que cesa en octubre corresponde a la primera, (1) la de 50 cc.

Sobre el motivo: nuevas normas medioambientales y de seguridad —un endurecimiento de la regulación de emisiones que entra en vigor en noviembre—. Adaptar motores de 50 cc a esos requisitos elevaría mucho los costes de fabricación, encareciendo los scooters hasta 400,000–500,000 yenes, precio que el mercado no soportaría.
Reacción del mercado: aumento inmediato de la demanda; algunos clientes viajan largas distancias para comprar los últimos modelos disponibles. Hay compras impulsivas en tiendas locales.
Preocupaciones laborales: repartidores de comida y prensa temen el encarecimiento del mantenimiento y la escasez de repuestos. Empresas de reparto estudian opciones: transición a motos eléctricas (costosas) o formar al personal y optar por vehículos de mayor cilindrada. Incluso grandes cadenas están evaluando la introducción de motos eléctricas y la mejor combinación de flota según seguridad y costes operativos.
Cambio regulatorio complementario: a partir de la nueva normativa, las personas con carné ordinario podrán conducir motos hasta 125 cc siempre que su potencia máxima sea de 4 kW o menos, lo que abre una alternativa para algunos usuarios.

Consecuencias esperadas: presión sobre los comerciantes y flotas de reparto para renovar o adaptar vehículos, incremento temporal de compras de 50 cc disponibles y un empuje hacia soluciones eléctricas o motos de mayor cilindrada, aunque el coste será la principal barrera para una sustitución masiva inmediata.







