El 5 de abril, la administración de Trump implementó un primer conjunto de aranceles recíprocos, aplicando un arancel adicional del 10% a casi todos los países y regiones, excepto Canadá y México.
El 9 de abril, se lanzó una segunda fase, aumentando las tarifas para aproximadamente 60 países con los que Estados Unidos tiene un alto déficit comercial. En este contexto, el arancel para China se fijó en un total del 104%, sumando un 20% ya existente. En respuesta, el gobierno chino anunció el 10 de abril un arancel adicional del 84% a los productos estadounidenses.
Sin embargo, unas 13 horas después de la implementación, Trump decidió suspender por 90 días el aumento de aranceles, mientras que elevó los aranceles recíprocos hacia China al 125%. Esto resultó en un total combinado del 145%. El 11 de abril, China también anunció un aumento en sus aranceles al 125%.
Estas medidas han causado inestabilidad en los mercados financieros globales, con fuertes fluctuaciones en las acciones. Tras el anuncio inicial de aranceles, el índice Dow Jones cayó drásticamente, pero tras la noticia de la suspensión temporal de algunos aranceles, hubo una recuperación momentánea. La incertidumbre en los mercados sigue siendo alta, y se espera que las fluctuaciones continúen.
Los analistas sugieren que la decisión de suspender el aumento de aranceles fue motivada por la agitación en los mercados financieros. Según CNN, el secretario del Tesoro, Steven Munchin, informó a Trump sobre la confusión en el mercado de bonos. Trump reconoció que la situación era complicada y que la gente estaba nerviosa.
La intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China plantea preocupaciones sobre un impacto severo en las economías de ambos países. Expertos advierten sobre potenciales despidos masivos y quiebras en China, así como riesgos para agricultores en Estados Unidos debido a la prolongación de los aranceles.
Finalmente, el 11 de abril, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) anunció que ciertos dispositivos electrónicos y equipos de fabricación de semiconductores serían excluidos de los aranceles recíprocos.
