El Secretario de Comercio de EE. UU., declaró que no hay posibilidad de retirar los aranceles impuestos por el presidente Trump. Sin embargo, mencionó que habría espacio para negociar si los países socios corrigen completamente sus tasas arancelarias y barreras no arancelarias. Ayer, Trump anunció un arancel del 10% para todos los países y un “arancel recíproco” que afecta a aproximadamente 60 naciones, incluyendo Japón, al que se le impondrá un 24%.
La reacción a estas medidas ha causado una caída en los mercados bursátiles debido a temores sobre un aumento en las tensiones comerciales. En respuesta, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció un arancel del 25% a los automóviles importados desde EE. UU. que no cumplan con el acuerdo comercial de América del Norte. Criticó las decisiones estadounidenses como perjudiciales para la economía global.
Por otro lado, el presidente francés, Emmanuel Macron, convocó a líderes industriales y criticó los aranceles como crueles e infundados, sugiriendo que Europa debería detener temporalmente las inversiones en EE. UU. Además, planea implementar aranceles a productos estadounidenses en respuesta a los aranceles sobre acero y aluminio impuestos por EE. UU.
El canciller alemán, Olaf Scholz, también expresó su desacuerdo con las decisiones de Trump y afirmó que la UE defenderá sus intereses y podría tomar medidas de represalia.
En Nueva York, las reacciones fueron mixtas; mientras algunos ven los aranceles como una forma justa de competir, otros expresan preocupación por el aumento de precios y el posible aislamiento de EE. UU. en el ámbito global.
Finalmente, las empresas suizas de relojería están preocupadas por la imposición de un arancel del 31%, ya que el mercado estadounidense es su principal destino de exportación. Algunos ejecutivos ya están tomando medidas para mitigar el impacto de esta decisión.
