Según datos del gobierno, el país ya ha alcanzado su objetivo de reducir el desperdicio de alimentos en un 50% antes del año fiscal 2030. Este logro puede atribuirse a la disminución de las visitas a restaurantes durante la pandemia y a los cambios introducidos en las fechas de caducidad de los alimentos envasados.
En el año 2000, la pérdida y el desperdicio de alimentos alcanzaron la asombrosa cifra de 9.800.000 toneladas. Para hacer frente a este problema, el gobierno se fijó el objetivo de reducir esa cifra a la mitad. Los datos más recientes disponibles para 2022 muestran que el volumen de alimentos desechados se ha reducido significativamente a unas 4.700.000 toneladas, lo que indica que su objetivo ya se ha cumplido.
La mayor reducción de alimentos desechados procede de las empresas y no de los hogares. Uno de los factores que contribuyen a ello es probablemente el menor número de personas que salen a comer a restaurantes en estos tiempos difíciles provocados por el COVID-19. Además, la subida vertiginosa de los precios de los ingredientes también ha contribuido a desincentivar la sobreproducción en las empresas.
En otros sectores, como el manufacturero y el minorista, también se introdujeron mejoras. Los productores de alimentos ampliaron las fechas de caducidad mediante mejores técnicas de envasado, mientras que las tiendas promovieron activamente la compra de artículos caducados, lo que contribuyó a minimizar el despilfarro.
Resumen: NHK
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