En un restaurante de ramen en Shibuya, Tokio, se ha reportado un caso de “customer harassment” (acoso por parte de clientes).
Un hombre en sus 40s realizó un acto de acoso al poner pelo en su comida y luego reclamar que había cabello en ella.
Este incidente no era aislado, ya que el mismo hombre había hecho una queja similar hace tres meses y el mismo empleado había atendido la queja en aquel entonces.
Gracias a las cámaras de seguridad, se pudo comprobar que él mismo había introducido el cabello en su plato.
El gerente del restaurante expresó su indignación y los abogados sugirieron que este tipo de comportamiento puede ser considerado fraude. El restaurante ha decidido prohibir la entrada del hombre y ha compartido la información con otros locales de la cadena.