Descendientes de segunda generación de ciudadanos japoneses, que quedaron en Filipinas y han estado apátridas desde la Segunda Guerra Mundial, visitarán Japón el próximo mes, con el gobierno japonés cubriendo los gastos de sus viajes, según informó su grupo de apoyo.
La decisión de asumir los costos de las visitas de José Takei, de 82 años, y Leonora Uehara, de 85, se da después de que el primer ministro Shigeru Ishiba expresara a principios de este año su disposición para hacerlo.
Ishiba se reunió con Takei y otros dos descendientes de segunda generación japoneses cuando visitó Manila en abril. La edad promedio de los descendientes de segunda generación que aún viven es de 83 años.
Takei viajará a la prefectura de Osaka, para visitar a sus familiares, a quienes el Centro de Apoyo Legal Nikkeijin de Filipinas logró localizar, y para visitar las tumbas ancestrales de su familia. Uehara, por su parte, visitará Okinawa, en el suroeste de Japón, para buscar a sus parientes, dijo el centro.
Nikkeijin se refiere a personas de ascendencia japonesa que residen fuera de su tierra ancestral.
Se espera que las visitas también ayuden en el proceso legal para que Takei y Uehara puedan adquirir la ciudadanía japonesa que perdieron durante la agitación posterior a la Segunda Guerra Mundial.
En una entrevista con los medios justo después de reunirse con Ishiba, Takei dijo que su padre japonés había trabajado en los ferrocarriles nacionales antes de la guerra y luego se convirtió en soldado cuando estalló el conflicto. Pero su padre regresó a Japón antes de que Takei naciera en mayo de 1943.
El centro de apoyo también espera que el gobierno japonés brinde la misma ayuda financiera a otros descendientes además de Takei y Uehara.
Resumen: Nihon TV
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