En Los Ángeles, California, las protestas contra la política migratoria del gobierno de Trump se tornaron violentas, extendiéndose a varios puntos de la ciudad, incluido el barrio japonés Little Tokyo. En respuesta, la administración Trump ordenó el despliegue de aproximadamente 700 marines, además de la Guardia Nacional ya presente, para restaurar el orden.
El Secretario de Defensa, Mark Esper, declaró que el objetivo es controlar la situación y restablecer la seguridad. Sin embargo, el gobernador de California, Gavin Newsom, criticó duramente la medida, calificándola de excesiva y provocadora, y presentó una demanda alegando que el despliegue de la Guardia Nacional sin su consentimiento es ilegal.
Las protestas se han extendido a otras ciudades importantes como Nueva York y San Francisco, así como a estados del sur como Texas, generando un escenario de incertidumbre sobre la pronta resolución del conflicto.
Durante las manifestaciones, un periodista australiano recibió un disparo de bala de goma por parte de la policía mientras cubría los hechos, lo que provocó una queja formal del primer ministro australiano y la condena de organizaciones internacionales de periodistas por la violencia contra la prensa.
El presidente Donald Trump calificó a los instigadores de las protestas como “rebeldes” que deberían ser encarcelados y criticó al gobernador Newsom, a quien llamó “inepto”. Además, instó a detener a quienes usen máscaras durante las protestas, pidiendo una respuesta más dura.
Por su parte, el gobierno japonés, a través del ministro de Relaciones Exteriores, Toshimitsu Motegi, aseguró que no hay reportes de daños a ciudadanos japoneses y que se están tomando medidas para garantizar su seguridad, incluyendo alertas emitidas desde el consulado en Los Ángeles.
La situación sigue siendo tensa y la resolución del conflicto aún no es clara.
Resumen: NHK
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