Shoichi Sato, de 39 años, un oficinista de la localidad de Midorigaoka, ciudad de Oita, fue acusado de robo y asesinato al irrumpir hace cuatro años en una casa de Ajimui-cho, ciudad de Usa-shi, y matar a una mujer a cuchilladas que entonces tenía 79 años y a su hijo mayor, que entonces tenía 51, y llevarse unos 88.000 yenes en efectivo.
En juicios anteriores, la fiscalía había pedido la pena de muerte alegando que los asesinatos se basaban en una intención extremadamente fuerte de matar y merecían una fuerte condena social, pero el acusado negó sistemáticamente las acusaciones, afirmando que él no era el asesino, y la defensa había mantenido su inocencia alegando que existía la posibilidad de que un tercero hubiera cometido el crimen.
En el veredicto de hoy, el juez Yasutaka Karashima, del Tribunal de Distrito de Oita, rechazó la alegación de inocencia del acusado y lo condenó a muerte de acuerdo con la petición de la fiscalía.
Resumen: NHK
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