El número de delitos registrados en Japón en los seis primeros meses de 2023 aumentó más de un 20 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, debido en parte a un incremento de la delincuencia callejera y de los robos violentos en un contexto de relajación de las restricciones COVID-19, según mostraron ayer datos policiales.
En el primer semestre del año se registraron un total de 333.003 casos, un 21,1 por ciento más que el año anterior, lo que supone el primer aumento en 21 años en el periodo enero-junio, según la Agencia Nacional de Policía.
Los datos se producen cuando Japón registró un aumento de los delitos en 2022 por primera vez en 20 años.
Las cifras incluyen robos relacionados con el “yami baito”, o “trabajo oscuro a tiempo parcial”, en el que se suele reclutar a personas a través de las redes sociales para que cometan delitos a cambio de dinero.
La expresión “yami baito” cobró fuerza cuando unos japoneses, detenidos por realizar estafas desde Filipinas, reclutaban a personas para este tipo de trabajo con el fin de llevar a cabo una serie de robos por todo Japón.
Los delitos callejeros, que incluyen el robo de bicicletas, crecieron un 29,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior, hasta 110.744 casos, según la agencia.
Los robos violentos aumentaron hasta 27.741 casos, un 28,0% más.
La policía dijo que el aumento de los delitos podía crear una sensación de deterioro de la seguridad pública.
“Será un punto de inflexión (en lo que respecta a la seguridad) si el número de delitos denunciados sigue aumentando a medida que la gente empieza a volver a la normalidad”, declaró un portavoz de la agencia.
Por categorías, los robos aumentaron un 23,8% respecto al año anterior, hasta 228.889 casos, lo que supone tres cuartas partes del incremento global.
Los delitos atroces, incluido el asesinato, aumentaron un 16,5%, hasta 5.137 casos.
Resumen: NPA
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