El gobierno japonés pondrá fin a finales de junio a una medida que permite a los extranjeros que no pueden regresar a sus países de origen debido a los controles fronterizos del coronavirus, el prolongar sus estancias en Japón.
Tokio ha decidido poner fin a la medida, ya que los países han relajado gradualmente sus controles fronterizos, dijo la Agencia de Servicios de Inmigración de Japón.
La medida se introdujo en marzo de 2020 durante la fase inicial de la pandemia de COVID-19, y se dirigió principalmente a los extranjeros que habían completado sus programas de prácticas técnicas o estudios en Japón.
Según la agencia, las personas cuyo estatus de residencia expirará el 30 de junio o más tarde con visados de “actividades designadas” de seis meses y que deseen prolongar su estancia podrán permanecer en Japón durante cuatro meses más, pero no podrán prolongar más su estancia con esos visados.
Quienes entraron a Japón con visados de corta duración de 90 días y no pudieron regresar por el cierre de las fronteras en sus países, muchos de los cuales estaban visitando a familiares o realizando actividades comerciales, ya no podrán prolongar su estancia a partir del 30 de junio.
A finales de abril, unos 79.600 extranjeros permanecían en el país con esta medida. El número ha ido disminuyendo desde principios de año, en consonancia con la flexibilización de los controles fronterizos.