Japón probablemente aumentará su gasto en defensa a alrededor de 6,5 billones de yenes en el año fiscal 2023 desde los actuales 5,2 billones de yenes, en un esfuerzo de cinco años para duplicar el gasto y responder mejor al cambiante entorno de seguridad que rodea a la nación.
El gobierno pretende gastar un total de 43 billones de yenes en los próximos cinco años hasta el ejercicio fiscal 2027, cuando aspira a aumentar el presupuesto anual de defensa a unos 9 billones de yenes, o aproximadamente un nivel equivalente al 2 por ciento del producto interior bruto.
La coalición gobernante, formada por el Partido Liberal Democrático y el Komeito, tiene previsto ultimar un plan de reforma fiscal a finales de esta semana, lo que pondrá de relieve cómo la nación encontrará fuentes de financiación estables.
El gobierno está considerando subir los impuestos de sociedades y del tabaco por etapas a partir del año fiscal 2024 para cubrir parte del sustancial aumento del gasto en defensa. También está sopesando un plan para aprovechar los ingresos de una medida fiscal especial para financiar la reconstrucción de la región de Tohoku, afectada por el terremoto, según han declarado personas con conocimiento del asunto.
El primer ministro, Fumio Kishida, ha subrayado la necesidad de reforzar las defensas del país ante las crecientes amenazas a la seguridad, y ha añadido que una cuarta parte de las necesidades de financiación previstas tendrá que cubrirse con medidas fiscales.
El plan, sin embargo, ha provocado la reacción de los legisladores gobernantes y de algunos ministros del Gabinete, en una rara muestra de desunión.
Resumen: NHK
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