El Gobierno está considerando cubrir totalmente los gastos del parto en el sistema público de seguro médico a partir del año fiscal 2026, en su último esfuerzo por combatir el descenso de los nacimientos.
Bajo el sistema de seguro médico en Japón, la gente paga básicamente de su bolsillo entre el 10% y el 30% de los costes médicos cuando reciben tratamiento por enfermedades y lesiones. Los partos normales, excluidos casos como las cesáreas, no se consideran enfermedades y, por tanto, no están cubiertos.
Sin embargo, ha surgido un plan para crear un nuevo marco dentro del sistema que cubra los gastos del parto sin tener que pagar porcentaje alguno.
Dado que las instituciones médicas pueden fijar sus propios precios para los partos normales, los costes de los partos en el país han diferido en gran medida entre las prefecturas, situándose la media nacional en torno a los 503.000 yenes (unos US$3.200 dólares) a mayo de 2023.
Los datos gubernamentales del ejercicio fiscal 2022 mostraban que el parto era más caro en Tokio, con una media de 605.000 yenes, y más barato en la prefectura de Kumamoto, en el suroeste de Japón, con 361.000 yenes.
Si el parto entra en la cobertura pública, se fijará un precio unificado para todo el país.
En la actualidad, el gobierno ofrece un pago único de 500.000 yenes por cada parto, que en abril de 2023 era de 420.000 yenes, ya que los costes del parto han ido en aumento debido a la inflación y al incremento de los gastos relacionados con el personal médico.