Una corte superior japonesa confirmó hoy una decisión de un tribunal inferior que ordenaba al gobierno pagar 1.65 millones de yenes (US$10,600) en daños a la familia de un hombre camerunés que falleció en 2014 mientras estaba detenido en un centro de control de inmigración informa el diario Asahi (Link a la noticia original está al pie)
La madre del hombre de 43 años pidió una indemnización de 10 millones de yenes en daños, alegando que los funcionarios de inmigración en el Centro de Inmigración de Higashi-Nihon, en Ushiku, Prefectura de Ibaraki, no lo enviaron a una institución médica a pesar de sus problemas de salud.
El Tribunal Superior de Tokio confirmó la decisión del Tribunal de Distrito de Mito en septiembre de 2022, que reconoció que la oficina de inmigración no cumplió con su deber.
El hombre fue detenido por el centro en noviembre de 2013 después de que se le negara la entrada al país en el aeropuerto de Narita cerca de Tokio el mes anterior. Tenía problemas de salud, incluyendo diabetes, y fue trasladado a una sala de recuperación que era monitoreada por una cámara de seguridad.
Aunque se quejó de dolor en el pecho y gritó que se estaba muriendo el 29 de marzo de 2014, las autoridades lo dejaron tirado en el suelo. Fue encontrado sin signos vitales a la mañana siguiente y se confirmó su fallecimiento en un hospital, según se informó.
Por otro lado, durante el juicio, la parte legal del gobierno argumentó que la respuesta de los funcionarios, que no tenían conocimientos médicos, no fue inapropiada.
La sentencia del Tribunal determinó que, teniendo en cuenta que el hombre se había quejado de dolor en el pecho aproximadamente un mes antes de su muerte y que un médico le había recetado medicación, el tribunal juzgó que el personal “tenía el deber de solicitar transporte de urgencia” cuando llevaba más de 30 minutos gritando y sufriendo la noche anterior a su muerte.
El tribunal consideró que el personal había incumplido su deber de diligencia y trató el caso a la ligera y que existía una “posibilidad razonable” de que el hombre hubiera sobrevivido si hubiera sido transportado a un centro médico, y les condenó a pagar una indemnización y otras compensaciones.
El tratamiento de extranjeros detenidos en instalaciones de inmigración japonesas ha sido objeto de un escrutinio creciente en los últimos años, especialmente después de que Ratnayake Liyanage Wishma Sandamali, una mujer de 33 años de Sri Lanka, falleciera en una instalación de detención en Nagoya después de quejarse de problemas de salud durante aproximadamente un mes.
Resumen: Asahi
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