Una mujer de unos 70 años de la ciudad de Sendai, Miyagi-ken, fue víctima de una estafa telefónica en julio en la que supuestos policías la engañaron para que entregara lingotes de oro valorados en aproximadamente 350 millones de yenes (unos 2.3–2.5 millones de dólares).
El estafador, haciéndose pasar por un agente de policía, le dijo que su teléfono estaba siendo usado en actividades delictivas y que, por una investigación la policía debía custodiar sus lingotes de oro.
Confiando en la llamada, la mujer colocó los lingotes en un coin locker (casilla) indicada por los estafadores y posteriormente fue despojada del metal precioso.
El caso representa, desde que se comenzaron a contabilizar este tipo de fraudes en la prefectura de Miyagi, el mayor monto de pérdida registrado en estafas especiales en la región. Las autoridades investigan.







