Un grupo cívico afirma que los análisis de sangre que ha realizado a las personas que viven cerca de las bases militares estadounidenses en Okinawa han detectado entre dos y cuatro veces el nivel medio nacional de Japón de compuestos químicos ampliamente utilizados, conocidos colectivamente como PFAS, o sustancias alquiladas polifluoradas (Poly-Fluorinated Alkyl Substances, PFAS)
Muchos de estos compuestos se describen como tóxicos.
El grupo publicó ayer los resultados de los análisis de las muestras de sangre recogidas de 387 personas en seis municipios de la prefectura de Okinawa.
Las pruebas se realizaron con la ayuda de la Universidad de Kioto tras una serie de informes sobre la detección de los compuestos en altas concentraciones en los ríos y el agua de manantial cerca de las bases militares estadounidenses en la prefectura.
El grupo afirma que la prueba detectó 3,8 veces el nivel medio nacional de PFAS en la ciudad de Kin, que alberga el campamento Hansen.
En la ciudad de Chatan, que alberga la base aérea de Kadena y otras instalaciones militares estadounidenses, se detectó un nivel 3,7 veces superior a la media, y en el distrito de Kiyuna de la ciudad de Ginowan, con la estación aérea de Futenma, 3,4 veces.
El gobierno registró la cifra media el año pasado.
Japón no cuenta con una legislación que establezca criterios para los niveles de PFAS en sangre.
El grupo afirma que, basándose en los resultados de las pruebas, tiene previsto instar a los gobiernos central y de la prefectura a que realicen pruebas a mayor escala para aclarar los hechos sobre la situación de los PFAS.
El gobierno de la prefectura de Okinawa ya ha pedido al ejército estadounidense que le permita realizar investigaciones en las bases de EE.UU. para comprobar si el compuesto de flúor se filtró desde ellas. Pero el ejército estadounidense no ha permitido que se lleven a cabo tales investigaciones.
Resumen: NHK
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